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miércoles, 21 de julio de 2010

Experiencia en reumatología pediàtrica en EEUU: Un aprendizaje global

Hoy en día, en el seno de la comunidad científica médica un especialista puede y debe sentirse con la necesidad de ampliar sus conocimientos en alguna área de su especialidad. En muchas ocasiones, tras la etapa MIR (Médico Interno Residente) de especialización, generalmente un período comprendido entre cuatro y cinco años según la especialidad, pueden no quedar cubiertos algunos aspectos de la propia especialidad. Bajo estas premisas, es habitual que algunos facultativos busquemos cubrir estas necesidades mediante periodos de formación en otros centros del país e incluso en el extranjero.

En mi caso particular como Reumatólogo, en los últimos dos años me he sentido cada vez más atraído por la atención de las enfermedades reumatológicas de la infancia. Habiendo entrado en contacto en esta área con especialistas reconocidos en el área durante unos meses (Dr. Jordi Antón, H. Sant Joan de Déu, Barcelona), establecí contacto con la Dra. Marisa Klein-Gitelman, Jefe del Departamento de Reumatología del Children’s Memorial Hospital de Chicago, IL (EEUU), dependiente de la Northwerstern University of Chicago, una de las más reconocidas en el país.

En EEUU existe la posibilidad de realizar la especialización en Reumatología Pediátrica habiendo cursado la especialidad de Pediatría previamente. Así pues, desde el centro estadounidense se me ofreció un periodo de observación clínica de tres meses en su Departamento, con la opción de compartir sus conocimientos y los de sus colaboradores, Prof. Lauren M Pachman (experta en Dermatomiositis Juvenil a nivel mundial), y Dr. Michael Miller.

Una vez allí, lo primero que me llama la atención es la organización. Existe un sistema muy jerarquizado, en el que todo personal sanitario y al que lo rodea conoce sus obligaciones y limitaciones. Esto significa que: a) los médicos atienden a los pacientes y familiares (en persona y/o telefónicamente, si procede), organizan las sesiones clínicas (Journal Clubs), asisten a las conferencias generales del propio centro y a las propias de su comunidad científica, y realizan tareas docentes la mayoría de días; b) enfermería colabora en tareas de control de medicación, control de síntomas, consejo e información, tareas que se realizan durante el día, en su mayoría telefónicamente, lo que reduce el tiempo necesario de visita médica; c) auxiliares, distribuyen ordenadamente los pacientes en respectivas habitaciones y tomando control de los signos vitales; d) secretariado, habitualmente realizan todas las programaciones de pacientes y las exploraciones complementarias solicitadas, permanente atención telefónica para atender a todas las solicitudes de los pacientes, y realización de informes.

Lo segundo que llama la atención es la tranquilidad y la ausencia de voces altisonantes, el orden de los pasillos, la amabilidad del personal sanitario y parasanitario, la ausencia de obstáculos (tanto físicos como ‘humanos’), la correcta señalización de todas las dependencias del propio hospital y anexos. Existe también una gran facilidad de comunicación y colaboración entre diferentes departamentos, indispensable para aquellos casos clínicos más complicados. En definitiva, cuando uno vive el día a día de un hospital como el Children’s da la sensación de estar realmente vive en un ambiente idóneo de trabajo para cuidar de la salud de los pacientes, un espacio físico que permite atender, pensar, calcular, explorar, explicar, conversar, y, sobretodo, sonreír.

Todo ello es algo que creo cada día estamos consiguiendo en nuestros hospitales, con nuevas instalaciones, más accesibilidad, mejores habitaciones, mejores despachos, pero que, por otro lado, debemos mantener y mejorar.

Pero sin duda, lo más importante, lo que probablemente vaya a recordar durante más tiempo, es la relación médico-paciente. En cualquier libro de Medicina, este aspecto es uno de los más subrayados como condición ineludible para una buena praxis médica. En EEUU esto se vuelve aún más relevante. No podría decir que el paciente admira o idolatra al médico y al personal sanitario, pero casi. El paciente (en este caso, el niño/a y sus familiares o tutores) responde acorde a cualquier acto médica, y el médico devuelve esa responsabilidad con más cariño y atención. Además, el niño/a acostumbra a ser muy responsable de su enfermedad y entorno desde muy pequeño, cosa que es impensable en nuestra cultura, mucho más paternalista. No digo que esto sea mejor ni peor que en nuestro país, pero hace que exista un respeto y una implicación del niño/a en su vida y en la de otros. No es raro ver cómo muchos de estos niños enfermos, cuando están en mejor disposición, acuden a campamentos para niños con otras enfermedades con el fin de colaborar y ayudar.

Personalmente no creo que haya una gran diferencia entre los conocimientos que podemos aportar en nuestro país comparado con los que aportan los médicos en EEUU, pero es evidente que cuando dos fuerzas humanas se unen, existe una sinergia que implementa los resultados, optimiza los recursos y, como resultado final, mejora la calidad asistencial y mejora la percepción de esa calidad asistencial. Lo que sí pienso es, que con la suerte que existe en nuestro país de cara a la Sanidad Pública, deberíamos, entre todos, respetarla mucho más y cuidarla para hacerla aún mejor de lo que creo que ya es, especialmente, a nivel humano.

Con todo esto, únicamente he querido reflejar algunos detalles de lo que representó para mí el realizar una estancia en el extranjero, para mejorar mis conocimientos en mi área específica médica. Pero no sólo esto último, la mejora en mis nociones del lenguaje, la fácil adaptación a un medio extraño y distinto al mío, el apreciar la calidad humana de otro tipo de gente, el aprender de sus valores, ha hecho de esta experiencia una de las más maravillosas que he tenido el placer de vivir.

Por todo, creo que debería ser una práctica habitual entre todos aquellos que se planteen en algún momento de su carrera el vivir una experiencia de esta índole.

Yo lo volvería a hacer, sin duda.


Vicenç Torrente-Segarra

Reumatólogo

Hospital Santa Creu i Sant Pau

MIR-Hospital del Mar-IMAS

1 comentario:

  1. El texto que acabo de leer,me quedado impresionada, pues comparado con lo que aqui vivimos no tiene la más minima semblanza.Yo sufro una enfermedad Reumatologica y que más desearia que aqui huviese esa geralquia.Conozco personal sanitario que trabaja en unas condiciones pesimas y estresantes,yo creo que para llegar o acercarnos a este hospital: Children’s Memorial Hospital de Chicago, IL (EEUU), dependiente de la Northwerstern University of Chicago.Pero no hay que peder la esperanza.mis felicitaciones,y un abrazo

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